COLECCIÓN: "Animales"
TÍTULO: "Por fin nació mi Reina"
FECHA: noviembre de 2013.
Plumilla y tintas de colores.
AUTOR: Lucoco.
TÍTULO: "Por fin nació mi Reina"
FECHA: noviembre de 2013.
Plumilla y tintas de colores.
AUTOR: Lucoco.
El laboratorio vivo de la Monarca, esto es, unas asclepias que he mencionado en otros capítulos, albergó a una infinidad de larvas. De la multitud de orugas, ya crecidas, han superado el casting de crisálidas, unas nueve. Esta mariposa Monarca ha sido la primera en salir de su pupa.
Es un mágico espectáculo de la naturaleza observar las diferentes metamorfosis que sufren a lo largo de su vida. Cuando la oruga ya está satisfecha de tanto comer, pues no para de hacerlo desde que nace, se coloca en el sitio que más le cuadra y se dispone a experimentar su primer cambio: el paso de oruga a crisálida. Tuvimos la suerte, mi familia y yo, de presenciar qué ocurre exactamente. No salimos del asombro al ver cómo el invertebrado se convierte en crisálida mediante el proceso de quitarse el vestido de oruga. Con unos movimientos circulares, como si bailara una samba, se va despojando hacia arriba de su piel hasta que la desprende, con cabeza, patas y todo. Se queda una pupa verde, como un pequeño depósito. Ahora toca el segundo cambio: durante dos semanas se va produciendo la transformación a mariposa.
Esta Monarca está desplegando sus alas hasta que esté preparada para volar. Ahora en otoño no tiene prisa y se queda más de veinticuatro horas cómodamente, agarrada al casco vacío de cuando era capullo, presumiendo de su envergadura cuando bate sus brazos de vuelo.
Es un mágico espectáculo de la naturaleza observar las diferentes metamorfosis que sufren a lo largo de su vida. Cuando la oruga ya está satisfecha de tanto comer, pues no para de hacerlo desde que nace, se coloca en el sitio que más le cuadra y se dispone a experimentar su primer cambio: el paso de oruga a crisálida. Tuvimos la suerte, mi familia y yo, de presenciar qué ocurre exactamente. No salimos del asombro al ver cómo el invertebrado se convierte en crisálida mediante el proceso de quitarse el vestido de oruga. Con unos movimientos circulares, como si bailara una samba, se va despojando hacia arriba de su piel hasta que la desprende, con cabeza, patas y todo. Se queda una pupa verde, como un pequeño depósito. Ahora toca el segundo cambio: durante dos semanas se va produciendo la transformación a mariposa.
Esta Monarca está desplegando sus alas hasta que esté preparada para volar. Ahora en otoño no tiene prisa y se queda más de veinticuatro horas cómodamente, agarrada al casco vacío de cuando era capullo, presumiendo de su envergadura cuando bate sus brazos de vuelo.
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