"LA MENINA DE ALCOBENDAS NOS SALVÓ"

COLECCIÓN: Monumentos.
TÍTULO: "La Menina de Alcobendas nos salvó".
FECHA: agosto de 2014.
Plumilla y tinta china color violeta.
AUTOR: Lucoco.
24x32 cm.

 

En nuestro viaje familiar por Madrid, habíamos elegido un hotel en la periferia de la capital, cerca de la localidad de Alcobendas.
Para movernos desde este lugar debíamos coger una guagua (autobús) hasta Plaza de Castilla, con el fin de seguir en metro hasta el parque Warner, según lo planeado para el viaje.
Por accidente, la primera vez que subimos en el metro, en la estación de destino, se le olvidó a Ana su bolso en uno de los asientos. Cuando nos percatamos de que no lo tenía, era tarde, el tren se había marchado. Paralizados en medio de la estación, con las maletas de viaje y las mochilas, recurrimos a lo primero que nos vino a la mente: llamar por teléfono al número que aparecía en el plano del metro.
Desde la oficina nos recomendaron que llamáramos  varias veces al día para dar tiempo a que, con pocas probabilidades,  algún honrado pasajero o el propio maquinista, en un golpe de suerte, lo viera en el asiento en que se quedó, al realizar la rutinaria revisión..
Así lo hicimos: llamamos una y otra vez sin éxito,  hasta que por fin, la persona que estaba al otro lado del teléfono nos pedía descripción detallada de todo lo que había dentro del bolso.
-Creo que es suficiente con esto- dijo. - Pueden venir a buscarlo a la última estación, la del Hospital Infanta Sofía.
Entre el júbilo y el poco crédito de habelo conseguido, cogimos de nuevo el metro y partimos hacia la estación. Una vez recuperado el bolso, pensamos celebrarlo cerca de donde nos hospedábamos, en el centro comercial de la Moraleja. Finalmente, decidimos caminar y conocer un poco la zona. Es, entonces, cuando aparece nuestra protagonista.
Llegado al núcleo urbano de Alcobendas, preguntábamos dónde había una parada de guagua para llegar al hotel. Unas personas nos hablaron de una rotonda con una señora muy gorda. Otras nos presentaron a esa señora como la Menina. Efectivamente, allí estaba, de piedra, en el centro de una gran rotonda cubierta de césped bien cuidado.
La observamos durante unos minutos...
Cerca de allí estaba la parada de la guagua, "El África",  que nos llevaría hasta la puerta del hotel.
La anécdota principal comienza cuando al día siguiente partimos hacia la Warner, como estaba previsto. Al regresar, finalizada la jornada, y no habiendo llegado a tiempo a coger el autobús línea 157, que era el que nos llevaba a la zona comercial de Alcobendas, cogimos otro, el c57, que nos acercaría al mismo sitio, aunque se desviaba en algún momento del camino.
Era de noche, no teníamos muy localizado el hotel. Comentamos al conductor nuestra inquietud y nos respondió que esta línea no nos llevaba hasta allí, pero lo solucionó, según él,  dejándonos en la parada más cercana.
Cuando bajamos de la guagua, miramos a un lado y al otro, pero no conocíamos nada de lo que veíamos. ¿Estábamos perdidos? ¿No era suficiente con la anécdota del bolso de Ana, sino que teníamos que someternos a otra desventura como la de encontrarnos en medio de la periferia madrileña, de noche, sin conocer aquel lugar?
Las niñas empezaron a ponerse nerviosas, nosotros también, aunque intentábamos no demostrarlo. Comenzamos a caminar, a la orilla de la carretera, rumbo a los edificios iluminados más cercanos.
- ¡ Un momento!- Gritó Natalia. -¡Esa es la Menina!
Efectivamente, gracias a la grandiosa estatua de piedra que habíamos conocido el día anterior, pudimos encontrar de nuevo la parada de guaguas para ir al ansiado hotel.
El resto del viaje lo pasamos recordando la famosa Menina de Alcobendas, que fue quien nos guió en medio de aquella noche de Madrid.



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